Tras la entrada anterior, algunos me preguntábais si estaba deprimido, bajo de moral o si el cielo gris de Bruselas me estaba afectando las neuronas. Pues bien, para aclarar las dudas, la respuesta es NO. Admito que sí estoy algo trascendental y melancólico, pero bueno, lo normal en estos momentos de cambio y de nuevos horizontes. En todo caso, agradezco las muestras de interés...
En fin, para tranquilizar a la gente, este es el eslógan que pretendo guíe mi camino.
No se puede negar que es una buena forma de plantearte la vida. Lo vi el otro día en una camiseta y la verdad es que llama la atención. Me recuerda a la película del Club de los Poetas Muertos, sobre aprovechar el momento y disfrutar de las cosas buenas que trae la vida. Oh Capitán, mi capitán!!
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